Cuando nuestro equipo se sienta con una empresa para valorar cómo están gestionando la prevención de riesgos laborales, realizamos, en primer término, dos preguntas; ¿Quién se ocupa de la prevención en vuestra organización? y, ¿Cómo os ocupáis de la prevención en vuestra organización?
Con la primera pregunta buscamos saber si, además del contrato con un SPA, la empresa cuenta con el soporte de un técnico de prevención en plantilla. Sin embargo, lo cierto es que, es muy bajo el porcentaje de mercantiles que sí tienen en nómina a un técnico de PRL. Normalmente, cuentan con personal cualificado en PRL, aunque no siempre; las empresas con número elevado de personas trabajadoras; también las empresas que actúan como empresa principal y, a su vez, empresa titular del centro de trabajo; o empresas que desarrollan actividades peligrosas.
Fuera de las anteriores, lo habitual es que además del SPA, internamente, la persona que se ocupa de la prevención sea el propio empresario, o la persona responsable de recursos humanos, o la responsable de calidad, o la responsable de mantenimiento, o cualquier persona del departamento de administración, es decir, personas que seguramente desarrollan esta función por imposición, o, simplemente, porque alguien lo tiene que hacer y les ha tocado.
Una vez que hemos respondido a la primera pregunta, pasamos a la segunda; ¿Cómo gestionáis la PRL en vuestra empresa?
Aquí, lo que buscamos, es saber si están cumpliendo con la principal obligación de la empresa, que es integrar el plan de prevención en la organización. Y, ¿Qué es integrar la prevención? Pues, básicamente, es desarrollar la prevención en el seno de la organización, es decir, tomar el plan de prevención e implantarlo y desarrollarlo en la política de la empresa, en sus objetivos, en su proceso productivo, en definitiva, en su sistema.
Sin embargo, por desgracia, algunos estudios al respecto nos dicen que sólo un 5% de las empresas integran la PRL, ¿por qué?, pues, porque salvo las empresas que tienen un SPP, el resto de empresas que, son la mayoría, delegan toda o casi toda la gestión en una empresa externa, que es el SPA. De tal forma que, se despreocupan de la prevención, e internamente lo único que hacen es una gestión puramente formalista, es decir; guardan el plan de prevención que confecciona el SPA, sin estudiarlo ni revisarlo; entregan a la plantilla la documentación preventiva y los EPI; coordinan para que la plantilla haga los cursos de formación obligatorios; y se cuidan de hacer los reconocimientos médicos.
En fin, que son demasiadas las mercantiles que no cuentan con personal cualificado en PRL y que, además, no integran la prevención.
Todo lo anterior, nos lleva a una conclusión, y es que, en nuestra humilde opinión, la mayor parte de las empresas están en una situación permanente de riesgo, no ya de sufrir accidentes de trabajo, sino de resultar responsables por incumplimientos preventivos.
APUNTES. Si una empresa pretende estar en zona segura, le aconsejamos que;
- En primer lugar, si llegamos al convencimiento de que la organización realiza una gestión deficiente, en materia preventiva, hay que provocar un cambio. La PRL debe pasar a formar parte de la estrategia empresarial y, para ello, es del todo necesaria la absoluta implicación de la alta dirección.
- Recordar que, cuando el SPA le hace entrega del plan de prevención, es a partir de ahí cuando comienza, verdaderamente, el protagonismo empresarial en la gestión de la PRL y, en consecuencia, su deber de integrar la prevención de riesgos en su sistema.
- Además, cualquier mercantil estará llevando a cabo una gestión mucho más eficaz, si cuenta en plantilla con un perfil, mínimamente, cualificado que se preocupe de estudiar y revisar el plan de prevención, así como de implicar a la dirección para integrarlo en la organización. En su caso, para aquellas mercantiles que, no puedan permitirse contar con un técnico en plantilla, recomendamos que, al menos, amplíen los servicios contratados con su SPA.
- Desde luego, la labor de integrar la PRL en la empresa, no lo puede hacer una sola persona. De tal modo, aconsejamos establecer una estructura que, comience en la dirección y llegue hasta el último empleado, asignando funciones, en materia de PRL, a todos ellos, sobre todo, a los mandos intermedios.
- No descuidar el deber de vigilancia. La dirección no puede tolerar incumplimientos en el área de seguridad y salud. En última instancia, si fuera necesario, deberá aplicarse el poder disciplinario en materia preventiva.
- Por último, recomendamos implantar un sistema de gestión, que, en el área de seguridad y salud, el de referencia es la ISO 45001.
En definitiva, si queremos situar una empresa en lugar seguro; debe establecerse una cultura preventiva dentro de la estrategia empresarial; contar con personal cualificado en materia de PRL, o en su caso, mejorar la interlocución con el SPA; establecer, dentro de la organización, una estructura y asignar funciones en materia preventiva; y no menos importante que lo todo lo anterior, vigilar el cumplimiento de las obligaciones preventivas de la plantilla.